Ayer, cuando volvía por la tarde, la plaza Santiago olía a churros. Hace tiempo que el Espolón huele a castañas, que el café a mediodía me alivia y que me tengo que poner leggins debajo de mis vaqueros de rodillas rotas. Sopla el viento, silva entre los árboles y tira las hojas al suelo.
Cómo se nota la llegada del invierno.
viernes, 12 de noviembre de 2010
#22
Publicado por Vainilla en 13:21
Etiquetas: invierno, nacidos de una sonrisa, The Alan Parsons Proyect, tiempo
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