Fría cordialidad. Eso es lo que lo impregna todo y lo que me da ganas de dejar de esforzarme porque las cosas empiecen a salir bien de nuevo. Me dan ganas de desaparecer, porque esta fría cordialidad me está destruyendo por completo.
¿Sabes? Quizá a mí también me estén entrando ganas de mandarlo todo a la mierda por el mero hecho de verlo todo a arder y empezar de nuevo. Quizá, sólo quizá. Pero de momento no pienso hacerlo.
Me importa demasiado.
sábado, 11 de diciembre de 2010
#38
Publicado por Vainilla en 15:36
Etiquetas: dedicadas, Di, en la boca del estómago
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