Arriesgar y perder o arriesgar y ganar. Realmente, todo se resumía en eso, eran las dos posibilidades que había. Arriesgué. Era lo único seguro que tenía. Y, entonces, todo se convirtió en perder o ganar y no era decisión mía. Si nos ponemos matemáticos, había un cincuenta por ciento de posibilidades para cada una. Si nos ponemos realistas, tenía las de perder, a pesar de que he de reconocer que lo que yo me quería hacer creer a mí misma fuera lo contrario.
Perdí. Claro que perdí. Supongo que sabía lo que iba a pasar, supongo que también sabía lo que iba a decir, o me podía hacer una ligera idea. Lo que no sabía era que iba a estar así después.
Así que hasta que la cosa mejore preferiría estar solo.
Lo leo y lo releo, pero en el fondo no quiero reconocerlo. En el fondo prefiero engañarme a mí misma, seguir soñando, seguir viviendo en mi puta burbuja.
lunes, 21 de febrero de 2011
#82
Publicado por Vainilla en 23:08
Etiquetas: a la desesperada, Ad, as de corazones, de llantos y otras tonterías, dedicadas, en la boca del estómago, nocturnos
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